Cena romántica en el Moldava
Aunque un placentero recorrido por el río durante el día es una experiencia agradable, un crucero nocturno es mucho más íntimo. Varios de los operadores emplean maravillosos barcos de vela antiguos con candelabros clásicos para iluminar su interior de madera. Cuanto menores sean los barcos, más personal será el ambiente. Si el crucero incluye jazz y cena podrá disfrutar de un trayecto más romántico, e incluso quizás un pequeño baile a la luz de la luna. La experiencia valdrá definitivamente la pena. Elija lo que elija, no faltará en ninguno de los cruceros la espectacular vista de la ciudad. Muchos de los monumentos de Praga se encuentran junto al río, tanto en Staré Město (Ciudad Vieja) como en Malá Strana (Ciudad Pequeña). La cumbre de la colina está ocupada por el grandioso castillo de Praga, cuya impresionante silueta no suele quedar nunca fuera del campo de visión. Desde la Edad Media, esta fortaleza siempre ha sido la residencia de los reyes de Bohemia y actualmente lo es de los presidentes de la República Checa. Al sur de Nové Město (Ciudad Nueva) se encuentran las ruinas de otra fortaleza, Vyšehrad, que incluyen los restos de las viejas murallas del castillo y las agujas gemelas de la catedral neogótica de San Pedro y San Pablo.
Los puentes de Praga
Hay más de 18 puentes sobre el río Moldava en Praga. Los cruceros fluviales pasan naturalmente por el famoso Puente de Carlos, el más antiguo de la ciudad. Treinta estatuas barrocas decoran ambos lados del puente y se presentan ante los visitantes en una perspectiva extraordinaria cuando acceden por las puertas góticas. El segundo puente de Praga fue el Puente de las Legiones, que atraviesa en parte la isla de Střelecký. Su nombre recuerda a las legiones checoslovacas que lucharon por la independencia en la Primera Guerra Mundial, y se encuentra junto al impresionante Teatro Nacional con su reluciente tejado dorado.