Un barrio de clase obrera con un rico pasado
Hoy en día los habitantes de Fener y Balat son predominantemente musulmanes, pero en el pasado estos barrios estaban habitados principalmente por judíos y griegos. En el período bizantino, un número creciente de griegos se asentaron en Fener ya que era la sede del patriarcado griego y había una iglesia ortodoxa. En el siglo XVII, la rica burguesía construyó casas de piedra con frontones profusamente decorados. Cuando los judíos empezaron a vivir en las viejas casas de madera, Balat se convirtió en el barrio judío de la ciudad. A pesar de su rico pasado, estos barrios son apenas un pulido museo al aire libre. A finales del siglo XIX, los ricos judíos y griegos se marcharon y nuevas generaciones de inmigrantes de otras zonas de Turquía convirtieron este barrio en su hogar. Poco a poco el barrio se convirtió en un amable barrio de clase obrera, con casas históricas, monumentos sagrados y niños jugando al fútbol en la calle. Con los fondos y la ayuda de la UNESCO, algunos de los edificios y casas históricas han sido renovados, pero muchos edificios claman aún por una restauración en profundidad. El encanto de Fener y Balat radica no solo en su animado ambiente turco. Es la melancolía, la memoria de una época pasada lo que hace que merezca la pena visitar este barrio. La gloria marchita de sus calles es especialmente fotogénica con las primeras luces del día o al anochecer.
Típicamente turco
Balat y Fener se pueden visitar fácilmente durante una mañana o una tarde. Párese a tomar una taza de té turco en Mekteb-i (Akcin Sok 3/A, Fener). Para una deliciosa comida o cena visite Tarihi Halic (Abdulezel Pasa Caddesi 117, Fener): este restaurante con una vista fabulosa del Cuerno de oro desde la azotea sirve platos tradicionales como la sopa de ajo y el kebab. Para disfrutar de helados caseros y de verdaderas delicias turcas, pase por Merkez Sekercisi (Leblebiciler Sok 33, Balat).