Un proyecto de construcción que tardó 7 siglos
La catedral originalmente era una abadía agustina lindando con una rica ciudad comercial. Incluso antes de que se construyese la abadía, la colina era un lugar de refugio espiritual. Los seguidores del Culto del Sagrado Jordán se reunían en la primera era del cristianismo inglés. Se ha conservado y guardado en la catedral una piedra de aquella época, un tributo a su primera época. La catedral ha participado en varios acontecimientos históricos de Bristol. Por ejemplo, en 1831, el edificio sufrió ataques de rebeldes que protestaban por una ley de reforma parlamentaria durante la cual se destruyeron las salas del obispo y la sala capitular sufrió muchos daños. Debido a un incendio en la biblioteca, también se perdieron numerosos archivos de gran valor.
Un hallazgo afortunado
Los disturbios de 1831 también propiciaron una coincidencia: durante la restauración, se encontró, bajo el suelo dañado, un gran panel de piedra donde se representaba el descendimiento de Cristo a los infiernos. Se trata de uno de los mejores ejemplos de la escultura anglosajona. “El descenso de Cristo a los infiernos” se considera la obra de arte más importante de Bristol desde antes de la conquista normanda de Inglaterra.